La venta de medicamentos es un gran negocio, las empresas farmacéuticas invierte cada año miles de millones de euros, en publicidad, financiar revistas, conferencias y regalos a médicos para que receten sus fármacos.

El resultado es que hoy en día se consumen más medicamentos de los necesarios, la salud se quedó  en un segundo plano y lo que prevalece por encima de la salud es el dinero.

Aparte  también tener en cuenta los efectos secundarios que tienen los medicamentos siendo la tercera causa de muerte, detrás de enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Ahora os vamos a enumerar algunas de las plantas medicinales con las que podéis tratar algunos de los trastornos de salud más comunes.

 

 

MENTA

 

 

 Los analgésicos son los medicamentos más vendidos. La aspirina y sus parientes provocan una larga lista de efectos secundarios, destacando el riesgo de hemorragia digestiva.

La menta (Mentha piperita) se emplea para combatir las jaquecas. Se recomienda utilizar una parte de aceite esencial diluida en nueve de alcohol y realizar un masaje circular en las sienes con unas gotas.

Se puede aplicar sobre cualquier zona dolorida del cuerpo. Y para las molestias digestivas, se diluyen tres gotas del aceite esencial puro en una taza y se toman tres veces al día.

 

 

REGALIZ

 

 Los antiácidos, cuyas ventas no dejan de crecer año tras año, tienen efectos secundarios.

Los suaves pueden producir diarrea, estreñimiento y náuseas, y los potentes, debilitan los huesos hasta el punto de incrementar el riesgo de fractura de cadera.

La Regaliz (Glycyrrhiza glabra) tiene efectos antiinflamatorios y favorece la digestión. Por ello, suele prescribirse en casos de gastritis e irritaciones estomacales.

Se toma la raíz en decocción a razón de cuatro tazas diarias para las dolencias agudas y una taza como preventivo.

No hay que tomar dosis superiores ni durante tiempo prolongado porque puede provocar retención de líquidos e hipertensión.

Otros remedios: comer cantidades menores, evitar las comidas grasas y masticar bien son medidas que reducen la acidez.

Otras plantas que ayudan a controlar los ácidos son la angélica (Angelica archangelica), la manzanilla (Matricaria chamomilla) y la pulpa de aloe (Aloe vera). Entre los alimentos, la col tiene un efecto antiácido.

 

 

SOL DE ORO


Los antihistamínicos son la solución médica más frecuente contra la alergia. Conviene ser prudente con ellos pues afectan al sistema nervioso y retrasan el tratamiento eficaz.

El Sol de oro (Helycrysum italicum) es la planta con más propiedades antihistamínicas, es muy suave y casi carece de efectos secundarios. Para tratar el asma o la rinitis se toma la tintura (50 gotas hasta tres veces diarias), el extracto fluido (30 gotas, una a tres veces) o la infusión (tres o cuatro tazas al día). Sobre eccemas se aplican cremas (dos o tres veces al día) o infusiones con compresas.

Otros remedios: la vitamina C y los flavonoides picnogenol y quercetina inhiben la acción de las células liberadoras de histamina. Otros remedios preventivos son la matricaria y la escutelaria (Scutellaria baicalensis).

 

 

SEMILLAS DE ZARAGOTA


Los laxantes son unos de los medicamentos que mucha gente toma a la ligera. Sin embargo, si se consumen habitualmente las propuestas de farmacia, se corre el riesgo de cronificar el problema en lugar de resolverlo.

Las semillas de zaragatona (Plantago afra) son ricas en mucílagos, lo que explica su acción como laxante eficaz y suave. El consumo regular normaliza el ritmo y se pueden combinar con un 40% de semillas de lino.

Se deja macerar en medio vaso de agua una cucharada sopera de semillas trituradas durante media hora y se toma en ayunas y antes de acostarse si es necesario. Es importante acompañar la toma con abundante líquido.

Otros remedios,  ante el estreñimiento, hay que ver si la dieta es pobre en fibra. En la mayoría de los casos, puede solucionarse aumentando las raciones de frutas, verduras y agua. Si todo falla, se puede recurrir ocasionalmente a la pulpa de aloe.


HIPERICO

 

Los antidepresivos son medicamentos muy potentes, lo que no ha impedido que su consumo se haya triplicado en los últimos diez años.

Para la depresión leve o moderada, se toman 300 miligramos de extracto estandarizado de hierba de San Juan o hipérico (Hypericum perforatum) tres veces al día, aunque se pueden usar cantidades mayores –hasta 1.800 mg al día– bajo supervisión médica.

Los resultados empiezan a notarse a partir de las dos semanas. En algunas personas puede causar molestias gastrointestinales, sequedad de boca, nerviosismo y urticaria y, por otra parte, las personas de piel u ojos claros han de evitar el sol mientras lo tomen.

No debe combinarse el hipérico con medicamentos antidepresivos y no está indicado en caso de trastorno bipolar (maniacodepresivo) o de hipomanía.

Otros remedios,  la depresión leve se puede abordar incluyendo alimentos que proporcionen vitamina B1 (yema de huevo, cereales integrales y soja), que mejora y estabiliza el ánimo, y selenio (pan integral, nueces de Brasil o lácteos).  El ejercicio físico, las técnicas de relajación y la terapia psicológica son otras herramientas útiles.

 

 

AJO


Los niveles altos de colesterol en sangre se relacionan con riesgo de sufrir infartos y enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en España. Los médicos prescriben estatinas para bajar el colesterol, pero también tienen efectos secundarios, como dolores musculares, cansancio, insomnio y alteraciones de la memoria.

El ajo (Allium sativum) no provoca una bajada comparable a los medicamentos de síntesis, pero reduce eficazmente el colesterol, favorece el control de la tensión arterial, es anticoagulante y tiene propiedades antioxidantes. La dosis diaria recomendada es de 6-10 mg de aliina –su principio activo más relevante–, cantidad que equivale al contenido de un diente de ajo crudo o un gramo de polvo de ajo desecado.

Otros remedios,  las plantas medicinales más útiles son la ispágula (Plantago ovata) y la hoja de olivo (Olea europaea).

Son imprescindibles las medidas dietéticas,  reducir la ingesta de grasas saturadas y trans –presentes en productos lácteos, carnes, bollería, platos preparados y margarinas–, aumentar el consumo de aceite de oliva virgen extra –una cucharada o dos diarias en las ensaladas–, sobre todo crudo, e incrementar las raciones de cereales integrales, verduras y frutas.

Igualmente obligatorio es hacer ejercicio físico. Una caminata larga a paso ligero es uno de los remedios más efectivos para luchar contra el colesterol.