México como el país más fuerte de América Latina debe usar su poder para declarar la paz a las drogas porque si no, estamos apoco de vivir una guerra peor a la que vivió Colombia, aseguró Juan Pablo Escobar, hijo de narcotraficante colombiano Pablo Escobar.

A pregunta expresa sobre las similitudes -de haberlas- entre la situación del narcotráfico en su natal Colombia y la que ahora vive México, afirmó que las hay, pero “es porque la ley prohibicionista es exactamente igual, no distingue a nadie, la similitud es el crecimiento exponencial de la corrupción, de la venta de armas, la violencia y la aparición de nuevas drogas”.

En una  entrevista con el periodico  El Financiero, precisó que “cuando mi padre me educó sobre las drogas, había ocho o diez, ahora hay más de 460 sustancias y más de 244 millones de consumidores, eso no lo paras con ametralladoras”.

 

 

“Es momento de hablar con nuestros hijos de las drogas. ¿Cómo podemos exigirles a nuestra juventud que se comporten a la altura, si no tienen la información suficiente? No conocen ni distinguen los más de 400 tipos diferentes que hay”, dijo Juan Pablo Escobar y/o Sebastián Marroquín durante su conferencia “Una historia para no repetir”, presentada la noche de ayer por la asociación “Manos Jóvenes. Por ti”, presidida por Odalis Gómez Millar.

Familias, padres y madres en compañía de sus hijos menores acudieron al Oasis Arena, a escuchar al hijo del que fue el narcotraficante más poderoso del mundo, quien mostró imágenes y videos de la época de terror que vivió Colombia por muchos años. El mensaje fue tajante: el amor y la honestidad son los antídotos contra la indiferencia y la exclusión.

Con palabras sencillas, Escobar, quien se cambió de nombre por razones de seguridad y debido a que a la muerte de su papá ninguna aerolínea les quiso vender billetes a él, su hermana y madre para que huyeran de su país hacia el exilio, describió aquellos momentos llenos de ternura y comprensión que le dedicó el capo del Cártel de Medellín, así como la violencia que sufrió, como la bomba puesta en su casa, de la que salieron ilesos de milagro.

Una y otra vez negó que las series televisivas contaran la verdad acerca de la vida de su padre. “Cinco minutos de fama, autos lujosos, mujeres y poder los han llegado a transformar en 200 capítulos. Me siento muy triste por esto, porque eso es lo que venden a los jóvenes y es falso. El camino de la droga no es un buen negocio”, añadió.

 

 

 

EL PERDÓN, EL ANTÍDOTO

Juan Pablo Escobar tambien habló del perdón y la reconciliación. De la nula importancia que tiene el dinero.

Estábamos en una casa con al menos tres millones de dólares, pero no teníamos la libertad para salir a comprar alimentos. Ahí es cuando me di cuenta que las riquezas no sirven de nada y que lo verdaderamente importante es ser libre. Hoy me siento más millonario que en esos años”, enfatizó.

Reveló que se ha reunido con los hijos de las víctimas de su padre, entre los que se cuenta el ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, y del que fue aspirante presidencial, Luis Carlos Galán; además de los vástagos del Cártel de Cali, enemigos de su progenitor, para perdonarse mutuamente todas las acciones criminales de las que fueron testigos.

Escobar/Marroquín vive desde hace dos décadas en Argentina y está casado con una mexicana. Sin disculpar las actividades delincuenciales de Pablo Escobar, precisó que si eligió el camino de la paz, fue gracias a los consejos de su padre, quien siempre le insistió que no siguiera sus pasos. Ahora un arquitecto de prestigio y escribió el libro “Pablo Escobar. Mi padre”, traducido a varios idiomas.

 

 

Presentó la foto favorita del hombre que puso dos mil bombas en suelo colombiano matando a miles de personas. Se trata de él y su papá afuera de la Casa Blanca, en Washington, D.C., al tiempo que recordó que la DEA le cobraba un “impuesto” al Cártel de Medellín por cada kilo de cocaína que ingresara al aeropuerto de Miami, Florida, en la década de los 80.

Narró el momento doloroso en que su propia familia paterna, en alianza con sus enemigos del Cártel de Cali, en una reunión decidió despojarlos de todos sus bienes. Rechazó que su papá hubiera financiado la campaña del que fue mandatario peruano, Alberto Fujimori, tal y como lo exigió en su momento el gobierno estadounidense a cambio de cuatro visas.

“Mi última historia de exclusión fue con un banco del que fui cliente 12 años, que me envió una carta en la que se me pedía que cerrara la cuenta, porque tenían miedo que lavara dinero. Al cabo del tiempo, les mandé una misiva en la que les pedí mi reingreso. Afortunadamente lo comprendieron y hoy soy su cliente de nuevo, pero me estaban invitando a la ilegalidad”, expresó.

 

 

Despues de la conferencia  respondió a las preguntas de los asistentes. En una de ellas se mostró partidario de regularizar algunas drogas, “porque la prohibición ha generado violencia y división entre las sociedades”. Condenó que las ganancias se les llevan los hombres del primer mundo.

Recibió felicitaciones por el valor que tiene para presentar cómo fue su vida. Insistió en que el amor es la base de una sociedad diferente.

Las riquezas no sirven de nada, lo verdaderamente importante es ser libre. Hoy me siento más millonario que en esos años.

 

 

Fuente : //www.marcrixnoticias.com