La Caramellow Kush Autofloreciente reúne dos líneas exóticas de primera categoría, la Gorilla y la Zkittles Autofloreciente, y las une para crear algo mágico. Los efectos de esta variedad producen una sensación física centrada en el alivio de las tensiones corporales que surgen a diario. Mientras que los efectos de la Caramellow Kush representan el lado Gorilla de su linaje genético, los cultivadores notarán una explosión de sabor gracias a la influencia de la Zkittles.
Patrón de cultivo de Caramellow Kush Autofloreciente
La Caramellow Kush es una variedad autofloreciente, lo que resulta evidente al observar el carácter compacto y bajo de esta planta. Los cultivadores apreciarán las robustas ramas laterales, tan comunes en las variedades índicas, que soportan la gran cantidad de cogollos de esta variedad. Debido a la naturaleza tupida y densa de la Caramellow Kush Autofloreciente, se recomienda una defoliación regular para aumentar el flujo de aire a través de la copa.
Los pistilos femeninos que crecen en las uniones de las ramas superiores indican el inicio del periodo de floración. Esta etapa durará de 55 a 70 días. Esta planta tiene un periodo de estiramiento medio. En general, las semillas de Caramellow Kush Autofloreciente alcanzan una altura final de 80 a 100 cm en interiores. En exteriores, se pueden observar plantas ligeramente más grandes, de 90 a 120 cm.
La Caramellow Kush Autofloreciente es muy productiva en diversos medios, incluyendo tierra, coco, hidroponía y suelos vivos. Se pueden obtener rendimientos abundantes, de hasta 550 gramos por m² en interiores. En el exterior, los cultivadores han cosechado con éxito hasta 450 gramos por planta. Las variedades autoflorecientes son estupendas para aumentar el número de cosechas anuales en exteriores.
Los cogollos de la Caramellow Kush son grandes y macizos. Son densos y están espaciados de forma compacta en unas ramas cortas y robustas. Pegajosos al tacto, todos los cogollos brillan con una cobertura de tricomas que no deja ninguna superficie sin cubrir. La forma general de los cogollos es similar a la de muchas de las variedades Kush favoritas entre el público. La Caramellow Kush es fácil de cultivar y es una variedad de bajo mantenimiento que no requiere ningún entrenamiento especial o específico para producir grandes rendimientos.
Efecto, sabor y aroma de Caramellow Kush Autofloreciente
Las semillas de Caramellow Kush Autoflorecientes crecen hasta convertirse en una planta espectacular que suele hacer gala de las codiciadas fragancias y efectos de las variedades índicas de gama alta. Aunque estos efectos pueden recordar al linaje de la Gorilla, el sabor gravita fuertemente hacia la influencia de la Zkittles Auto.
Cuando termina la jornada laboral y es hora de relajarse con seguridad, los efectos de la Caramellow Kush Autofloreciente cumplen. Al principio, una cálida oleada de hormigueo de energía viaja de la cabeza a los pies a medida que el colocón físico se instala y una sensación de relajación calma el cuerpo. Los músculos empiezan a notarse más sueltos, y la tensión general desaparece tranquilamente. Se considera que la Caramellow Kush Autofloreciente es una opción estupenda después de una sesión de ejercicio físicamente exigente.
Durante la etapa vegetativa, en interiores y alrededores los aromas son tenúes. A medida que la Caramellow Kush Autofloreciente madura, las fragancias que desprende esta planta se hacen más evidentes. En general, los olores son leves, pero se pueden utilizar sistemas de filtración de aire si el cultivador quiere contener el aroma.
La Caramellow Kush Autofloreciente presenta una preciosa mezcla de terpenos heredados por igual de sus líneas parentales. Los terpenos propios de las genéticas Gorilla se manifiestan en forma de aromas terrosos y amaderados. Comparten el escenario los olores embriagadoramente dulces y afrutados de la influencia de la Zkittles, y los toques a refrescante pineno.
Aunque las dos líneas parentales han contribuido por igual, el sabor de la Caramellow Kush Autofloreciente es todo Zkittles. Hace la boca agua y procede de las flores secas, imprimando una fantástica dulzura en la lengua. También se hacen presentes las frutas frescas, que destacan buscando su protagonismo. Entre ese sabor frutal se esconde un toque inconfundible de mango maduro y jugoso, terminado con una pizca de pineno refrescante.